Futuro
primitivo y otros ensayos
John Zerzan
Zerzan,
John: Futuro primitivo y otros ensayos (trad. Hipólito Patón),
Valencia, Numa, 2001 (Viva la República, 4), 150 págs.,
2 000 pts.
Uno de
los mejores libros de ensayo crítico publicado este año.
Dice Zerzan
que en épocas pasadas, cuando aún no existía la
división del trabajo (responsable de la crisis en la que estamos
sumergidos como civilización), ni religión ni jerarquía,
el hombre ya disponía de una capacidad intelectual similar a
la del hombre contemporáneo, pero que entonces se disfrutaba
de una armonía con la Naturaleza y el ser humano no necesitó
de evolución tecnológica porque se encontraba libre. Durante
el amplio periodo Paleolítico hubo pocos cambios tecnológicos
significativos. Por el estudio del desarrollo de las herramientas de
piedra no hubo prácticamente avances en dos millones y medio
de años y el anarquista americano sugiere que la satisfacción
de la especie durante el periodo recolector-cazador no posibilitó
el éxito de la innovación aunque hubiera inteligencia
para desarrollarla. Hoy existen estudios antropológicos que dan
una visión distinta de la que se tenía sobre nuestra existencia
precivilizada, como una época de privaciones, brutalidad e ignorancia.
La vida antes de la domesticación, antes del tiempo materializado
(una imposición de la realidad cultural), argumenta Zerzan, estaba
«basada principalmente en el ocio, la relación con la naturaleza,
el disfrute de los sentidos, la igualdad sexual y la salud.» Todo
comenzó a transformarse, después de miles de años,
cuando las sociedades recolectoras-cazadoras se hicieron agrícolas.
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Zerzan
en la Fundación firmando libros para compañeros |
Paso a
paso, el autor va explicando cómo nos hemos ido alejando y cómo
hemos llegado al alienante y deteriorado mundo en el que vivimos. La
agricultura facilitó la división del trabajo y estableció
las bases de la jerarquía y de la destrucción de la Naturaleza.
Surgen las castas, la religión, el Poder y otras lacras como
consecuencia del desarrollo agrícola, pero no son las únicas.
Hay estudios que avalan que el paso de la recolección y de la
caza a la sociedad agrícola supuso una disminución de
la talla y fortaleza humanas, caída de dientes, deficiencias
alimentarias y enfermedades infecciosas. La dieta diversa durante el
Paleolítico se redujo de forma importante con el cultivo agrícola.
La pregunta que nos hacemos entonces es por qué llegó
a desarrollarse la agricultura y, con ella, el hombre inventa los números
y las letras, innecesarios en la época preagrícola.
Zerzan
no escatima recursos en su demoledora crítica a la tecnología.
Es evidente que nuestra civilización se sustenta en gran medida
en ella. ¿Podríamos imaginar qué sucedería
si de un día para otro fallara la tecnología y no hubiera
televisión? ¿Se podría mantener el mundo actual?
¿Por cuánto tiempo? Algunos antropólogos (Lévi-Strauss)
acreditan que la comunicación escrita surgió para posibilitar
el dominio y la explotación. Pudiera ser cierto que, como la
tecnología que permite que exista la televisión, la escritura
(y por supuesto la imprenta) no sea neutra. ¿Quiere adelantar
Zerzan que no podremos conseguir vivir en un mundo justo y libre mientras
exista la escritura? Es posible que el que suscribe esté tan
alienado que ya no sea consciente de la realidad en la que vive, pero
es incapaz de pensar en un mundo ausente de libros, ausente de escritura.
De hecho, el crítico anarquista americano, a través de
la escritura (el mismo libro que comentamos) nos da a conocer el mundo
de dominio al que estamos sometidos. ¿Puede ser la escritura
'liberadora' o 'dominadora' dependiendo de quién la utilice y
para qué? ¿Es un simple medio o algo más?
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Obra
de Fernando Cano Vidal |
La cuestión
de fondo es la siguiente ¿es posible y deseable volver a una
sociedad exenta de tecnología avanzada para que los seres humanos
puedan ser libres? o ¿es realmente imposible erradicar la injusticia,
la opresión, la dominación y la alienación en una
sociedad con una tecnología como la actual?, ¿es posible
un desarrollo tecnológico que no implique dañar y destruir
la Naturaleza? Este es uno de los retos anarquistas. Claro, si eliminamos
atributos única y exclusivamente humanos como la escritura, los
números, la tecnología... pudiera ser que retornáramos
al mundo animal y aquí si que no hay injusticias, estas solo
se pueden dar en las sociedades humanas. No podemos caer en el consumismo,
en una sociedad de producción desenfrenada e irracional, pero
sí deseamos aspirar al conocimiento del mundo y del universo
en el que vivimos. ¿Se puede hacer sin la escritura? El planteamiento
de Zerzan es atractivo desde el punto de vista del disfrute de la vida
sensual, liberados de los prejuicios que genera la cultura, pero ¿es
realmente el ser humano un animal que solo aspire a gozar sin plantearse
el origen y el sentido de la vida y los mecanismos de funcionamiento
del universo? Si aspiramos a conocer, parece que es inevitable entrar
en el mundo de la ciencia (nótese que va de cursiva) y en la
tecnología como apoyo para investigar e ir desentrañando
los misterios, aunque parece que son interminables. También pudiera
ser que la alienación, una vez perdido el mundo edénico,
motive la misma búsqueda de las razones de nuestra existencia
a sabiendas de que nunca será posible desvelarlas del todo, como
Sísifo subiendo una y otra vez, eternamente, la piedra a la cima.
Lo que
va diciendo el autor no son invenciones personales ni creación
literaria, está avalado por numerosos estudios antropológicos,
cuyos autores son citados reiteradamente a lo largo del texto. De los
cinco ensayos incluidos en este libro, en el segundo, «La psicología
de masas del sufrimiento», Zerzan expone las razones de una sociedad
enferma que camina hacia el suicidio. Las enfermedades que padecemos
son, en gran medida, el reflejo de la sociedad en la que vivimos y John
Zerzan piensa que es más probable que las revoluciones surjan
del sufrimiento psíquico que de la miseria material, como predijo
Marx.
En «Totalidad y tonalidad», el tercer ensayo, se analiza
el tema de la música. A partir de la división del trabajo
comienza el empobrecimiento de la tonalidad musical (ideología)
reduciendo la polifonía prearmónica (anárquica)
a una escala musical y jerárquica, reflejo de la sociedad en
la que se vive. Se va perdiendo la espontaneidad rítmica por
la domesticación. La civilización que padecemos ha empobrecido
las sensaciones, la diversidad... tendiendo a una homogeneidad, a la
generalización, a suprimir lo específico, lo genuino,
que no parece propio de la vida, que es variada.
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Desobediencia,
obra de Sandra Escohotado |
Analizando
la filosofía de los posmodernistas, se cita a Foucault, para
quien «[...] no existe resistencia al poder que no sea en sí
misma una variante del poder». Para el filósofo francés,
Poder y conocimiento son inseparables y se confunde el uno con el otro.
Según esta afirmación, es evidente la contradicción
de la epistemología anarquista al tratar de destruir el Poder
desde el conocimiento, que es Poder. La filosofía posmodernista,
pese a sus genuinas críticas al Poder, nos conduce a un callejón,
a un laberinto absurdo o a un círculo vicioso de los que no hay
salida ni solución posibles. Frente a esta filosofía de
la desesperación, Zerzan aún tiene esperanzas en el hombre,
siempre que viva en un mundo sin división del trabajo ni jerarquías.
El autor,
enamorado de los pueblos ágrafos, cuestiona todo, incluso duda
de que en realidad pensemos en términos de lenguaje (¡!),
«[...] al menos -expresa- no hay pruebas definitivas de que sea
así». Aunque Zerzan a veces parece cercano a afirmaciones
demenciales (críticas y análisis poco comunes), no es
un hombre que haya perdido el sentido común. Quizás no
es deseable «'definir' un mundo no alienado [pero] debemos intentar
descubrir el falso mundo de hoy y cómo hemos llegado hasta aquí».
No he podido
cotejar el texto con el del original en inglés, no obstante,
la traducción parece bien realizada, pero no puedo dejar de hacer
un comentario sobre la utilización de algún vocablo que
distorsiona un poco la lectura. Así, cuando se habla de 'sociedades
forrajeras' o de 'mujeres forrajeras', que se repite en reiteradas ocasiones
en el primer ensayo, quiere decir, 'sociedades recolectoras' o 'mujeres
recolectoras'. Forage tiene una acepción en este contexto que
no es la traducción literal, 'forraje' sino «the act of
searching for food or provision», es decir, «el acto de
buscar alimentos o provisiones».
Otro apunte
que no deseo pasar por alto es el elogio que se merece una nueva editorial
como Numa al publicar textos como los de Bookchin o Zerzan, tan necesarios
para los tiempos que corren, pero no alcanzo a comprender las razones
por las que los libros de ambos escritores son incluidos en una colección
que se llama Viva la República, cuyo primer número es
Los anarquistas españoles. Pienso que induce a confusión.
Libro de
filosofía y antropología, requiere de lectura pausada
y reiterada; tan solo la lectura de las páginas iniciales desencadenan
el desarrollo de infinidad de preguntas que cuestionan las bases culturales,
sociales, políticas... sobre las que vivimos. Textos densos que
nos permiten adentrarnos más en el conocimiento para poder comprender
la artificialidad que vivimos. Sin estar de acuerdo con todo lo que
se expone en sus páginas, es una obra que mueve los cimientos
de lo establecido, ofreciendo una perspectiva peculiar para poder aprehender
las realidad que vivimos. Un libro cuya lectura es muy recomendable
para entender algunas de las causas del mundo que padecemos, un mundo
de locura en el que la demencia la padece la mayoría de la población
frente a una minoría que disfruta de un relativo equilibrio psicológico.
El soma que cita Huxley en Un mundo feliz se generaliza para poder hacer
llevadera una vida alienante y triste.
Amador